I
Nuestra gente, los que ya no están.
Es nuestro viejo pueblo; el de las
casas viejas,
Con techos de tejas, paredes de barro
y caña,
De ríos cristalinos, y exuberantes
montañas.
De caminos culebreaos y recuas hurañas
De café, cacao, trapiche y papelón,
El de alegres tonadas en mayo
El de diciembre a enero en un
parrandón
Sin carne, en semana Santa
Pescáo seco y chigüire por montón
Cumpliendo la eucaristía
Fueron tiempos de aflicción
A donde fueron a parar los días de
ayer,
De preciosas canoaberas
Vistiendo usanzas por doquier
En fiestas de gala y noches serenateras.
¡A malaya! quien pudiera, algún día
regresar,
Viajar por el tiempo quisiera y
Quisiera al pueblo sobrevolar
Posarme sobre la plaza
Con sus matas de cayenas
Con su estatua de Bolívar
Con su cine a cielo abierto y
Sobre todo ¡mi vale!
Una alegre muchachera
Que la luna me acompañe
Que haya mozas casaderas
Que haya acordes de guitarras
Que haya canciones buenas
Y sobre el cielo del pueblo
Una cúpula de estrellas
II
Pá Canoabo alegre….¡el de ayer!
Con sus fiestas patronales
De paseos matinales
El alba brillaba de emoción
Despertando la tradición
Cheche Arocha y sus muchachos
Soplaban duro el trombón
Mataban el chivo de mañanita
Con música cañonera y tremendo son
¡y en la noche compadrito!
Se prendía el gran fiestón
Que lo diga ella, yo no
Y ¡que viva España, la mejor!
Fueron dos exitazos
De los hermanos león
Quemaban el arbolito
Deslumbra nuestro patrón
Aplausos, risas y alegrías
Un pueblo, una sola emocion
En el cielo cohetes en profusión
III
Y sobre sus calles de tierra
En tardes de coleaderas
Con su ganado bravío
Bufando las talanqueras
y su gente de a caballo
Faena de tierras llaneras
un jinete recibe su premio
de una hermosa canoabera
las cintas cubren su espalda
caballo, montura y espuelas
tiempo vencido pál toro
los burros entran en carrera
un jumento se pone terco
otro que corcovea
y el que va de primerito
va dejando la cagajonera
un borrico de negro pelaje
muerde, rebuzna y patea
en medio de la grizapa
se forma una sampablera
y como no estamos peleando
nos vamos pá la gallera
el día amaneció bonito
en la plaza la muchachera
los juegos tradicionales
a ver quién más tataratea
el palo encebáo está listo
los premios en lo alto ventean
después el huevo en la cuchara
la carrera de saco en espera
sueltan el marrano encebáo
y los gallos ¡baten que baten
espuelas!
¡Pásame una fría polar!
¡Dame una Zulia que enfrié muelas!
Pasa la brisa en borrasca
Bailando entre arboledas
Y en el viejo club Canoabo
Gabino y Simeón esperan
a ver cuál de sus gallos
suelta más duro la espuela
¡pica mi pollo!
Gritan desde la talanquera
Dos gladiadores se batan
En memorable pelea
El giro domina al zambo
Y el zambo se tambalea
¡Vamos mi gallo campea!
Y el giro se señorea
Y
la grizapa ¡mi amigo!
Retumba hasta la Blasera.
IV
Pá Canoabo laborioso
¡el de nuestros abuelos!
Con su gente sencilla,
Alegres y divertidas
Aquellos que hicieron caminos
Aquellos que hicieron veredas
Aquellos que Hicieron pueblo
También hicieron vecinos
Bailando un zumba que zumba
En medio è la polvareda
Los que trabajaron duro
Los que trabajaron fuerte
Los que llevaron pan a la casa
Con el sudor de su frente
Para honrar su trabajo
Para honrar a su gente
Los que dejaron sus huellas
A la orilla del camino
Los que llegaron de lejos
Buscando su destino
Los que dejaron pisadas
En el medio del sendero
Los que cargaron sus muertos
Por las calles de su pueblo
V
Canoabo el del niño Gervasi
Cabizbajo marcha a tierra lejana
Lo cubre el roció de la mañana
Envuelto en cantos de grillos
Y ve caer flores del pardillo
Y ve cucuyos entre sombras
Y ve serpientes y mariposas
Dormir entre los camburales
Cruza cafetos y cacaotales
Perdiéndose entre la distancia
Su alma encalla en su querencia
Su amor, su inocencia, sus sueños
Los atrapa con un suspiro al viento
Triste recuerda a su amigo pluma
Y su alma vuela entre brumas
Atesorando por siempre su pueblo
Atrás queda la noche
Y adelante camina con su padre
Su padre el inmigrante,
Su padre; amigo eterno.
Tras los pasos del niño Gervasi
Quedaron nuestros tatarabuelos
Sembrando sencillez, y humildad,
Nobleza y hospitalidad,
Con las manos, surcando los suelos
Mientras….más allá de las costas.
Sobre brazos paternos
Duerme un chiquillo en el Vapor
Entretejiendo sus sueños,
Amarrándolos con el dolor de partir,
Jurando nunca olvidar su pueblo,
Navegando va hacia la noche que lo
espera,
Donde vive el leopardo y
Lo abrigará con su sombra el almendro.
VI
Canoabo…el del indio Canoabo
Un pasado precolombino, una historia
sin escribir
Huellas sobre las piedras, petroglifos
sin traducir
El tiempo que corre como agua entre
las grietas
Mimetizan sus cuerpos, esconden sus
siluetas
Del imperio que trae, la muerte en sus
goletas
La sangre del indio Canoabo, corrió
por la cuesta
Esculpiendo su rostro, sobre la
naturaleza
“guardián desde su altura” lo
homenajeo la poeta
Tú imagen sobre la cuesta, curtida por
el sol y la luna
Vigilas nuestro norte desde el sur,
con tu semblante guerrero
Eres nuestro pasado indígena, nuestro
gentilicio canoabero.
Fueron los primeros pobladores de este
pedazo de cielo
Huellas sobre las piedras, mensajes
sin descifrar
Historias por contar…..
VII
Canoabo el de Viviano Vargas
Un hombre entre fábulas y
cuentos de la madera.
Entre el conuco
y el arte de tallar.
¡Maestro! Gritaron voces escondidas
¡Lo aprendido has de enseñar!
San José bendito, María y el Niño
Jesús
Bolívar a caballo, sus sueños y
revolución
Aves que brotan del cedro, animales en
procesión
Cuentos de madera, letras de carbón
La historia no está escrita,
Tampoco está escrita la vida
La hacen aquellos hombres
La hacen aquellas mujeres
que recorren las calles
Y los caminos polvorientos
de nuestros pueblos de tejas.
Se les ve ir y venir
Entre brisas y tolvaneras
Entre la aurora que brilla
y la noche oscura sin velas
Llevando el mensaje de su arte
Enseñando a aprender
Sin tener escuela.
VIII
Canoabo el de Félix Adam
Con su pipa y sus sueños
Vislumbró desde las cumbres
Nuevas corrientes de vida
Resucitando entre los muertos
Sin rezos, ni algarabías
Al viejo y solitario pueblo
Sembrándole en sus jardines
Luz y sabiduría
¡Inventamos o erramos!
Dijo Simón un día
Y este Simón ¡mi hermano!
Fue el mismito que educó
Al gran Simón Bolívar
¡Padre de la patria mía!
IX
Hoy en Canoabo, igual que ayer
En noches de luna llena
Se escuchan voces lejanas
Llenas de mitos y leyendas
También se escuchan quimeras
Susurros que trae el viento
Y sus paredes de tierra
Guardan escritos sus cuentos
Se oyen de mañanita
A la hora del silencio
Antes de que cante el gallo
Y la aurora aflore destellos
Estos son momentos mágicos
Son imágenes de ayer
Que nos saludan alegres,
Desde el umbral celestial
Celebrando con nosotros
¡Mi amigo! …el Tricentenario
De nuestro Rincón Cordial…
Y El eco de sus voces
Retumbos de ayer, escondidos
Salen a corretear con el viento
¡Aquí estamos! ….Se les oye gritar
¡Nunca nos hemos ido!
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