CanoaboenunCuento
  NUESTRA GENTE, LAS QUE YA NO ESTAN (HOMENAJE AL TRICENTENARIO DE CANOABO)
 
Autor: Florencio J. Malpica 

I

Nuestra gente, los que ya no están.

Es nuestro viejo pueblo; el de las casas viejas,

Con techos de tejas, paredes de barro y caña,

De ríos cristalinos, y exuberantes montañas.

De caminos culebreaos y recuas hurañas

De café, cacao,  trapiche y papelón,

El de alegres tonadas en mayo

El de diciembre a enero en un parrandón

Sin carne, en semana Santa

Pescáo seco y chigüire por montón

Cumpliendo la eucaristía

Fueron  tiempos de aflicción

A donde fueron a parar los días de ayer,

De  preciosas canoaberas

Vistiendo usanzas por doquier

En fiestas de gala y noches serenateras.

¡A malaya! quien pudiera, algún día regresar,

Viajar por el tiempo quisiera y

Quisiera al pueblo sobrevolar

Posarme sobre la plaza

Con sus matas de cayenas

Con su estatua de Bolívar

Con su cine a cielo abierto y

Sobre todo ¡mi vale!

Una alegre muchachera

Que la luna me acompañe

Que haya mozas casaderas

Que haya acordes de guitarras

Que haya canciones buenas

Y sobre el cielo del pueblo

Una cúpula de estrellas

II

Pá Canoabo alegre….¡el de ayer!

Con sus fiestas patronales

De paseos matinales

El alba brillaba de emoción

Despertando la tradición

Cheche Arocha y sus muchachos

Soplaban duro el trombón

Mataban el chivo de mañanita

Con música cañonera y tremendo son

¡y en la noche compadrito!

Se prendía el gran fiestón

Que lo diga ella, yo no

Y ¡que viva España, la mejor!

Fueron dos exitazos

De los hermanos león

Quemaban el arbolito

Deslumbra nuestro patrón

Aplausos, risas y alegrías

Un pueblo, una sola emocion

En el cielo cohetes en profusión

 

III

Y sobre sus calles de tierra

En tardes de coleaderas

Con su ganado bravío

Bufando las talanqueras

y su gente de a caballo

Faena de tierras llaneras

un jinete recibe su premio

de una hermosa canoabera

las cintas cubren su espalda

caballo, montura y espuelas

tiempo vencido pál toro

los burros entran en carrera

un jumento se pone terco

otro que corcovea

y el que va de primerito

va dejando la cagajonera

un borrico de negro pelaje

muerde, rebuzna y patea

en medio de la grizapa

se forma una sampablera

y como no estamos peleando

nos vamos pá la gallera

el día amaneció bonito

en la plaza la muchachera

los juegos tradicionales

a ver quién más tataratea

el palo encebáo está listo

los premios en lo alto ventean

después el huevo en la cuchara

la carrera de saco en espera

sueltan el marrano encebáo

y los gallos ¡baten que baten espuelas!

¡Pásame una fría polar!

¡Dame una Zulia que enfrié muelas!

Pasa la brisa en borrasca

Bailando entre arboledas

Y en el viejo club Canoabo

Gabino y Simeón esperan

a ver cuál de sus gallos

suelta más duro la espuela

¡pica mi pollo!

Gritan desde la talanquera

Dos gladiadores se batan

En memorable pelea

El giro domina al zambo

Y el zambo se tambalea

¡Vamos mi gallo campea!

Y el giro se señorea

Y  la grizapa ¡mi amigo!

Retumba  hasta la Blasera.

IV

Pá Canoabo laborioso

¡el de nuestros abuelos!

Con su gente sencilla,

Alegres y divertidas

Aquellos que hicieron caminos

Aquellos que hicieron veredas

Aquellos que Hicieron pueblo

También hicieron vecinos

Bailando un zumba que zumba

En medio è la polvareda

Los que trabajaron duro

Los que trabajaron fuerte

Los que llevaron pan a la casa

Con el sudor de su frente

Para honrar su trabajo

Para honrar a su gente

Los que dejaron sus huellas

A la orilla del camino

Los que llegaron de lejos

Buscando su destino

Los que dejaron pisadas

En el medio del sendero

Los que cargaron sus muertos

Por las  calles de su pueblo

 

V

 

Canoabo el del niño Gervasi

Cabizbajo marcha a tierra lejana

Lo cubre el roció de la mañana

Envuelto en cantos de grillos

Y ve caer  flores del pardillo

Y ve  cucuyos entre sombras

Y ve serpientes y mariposas

Dormir entre los camburales

Cruza cafetos y cacaotales

Perdiéndose entre la distancia

Su alma encalla en su querencia

Su amor, su inocencia, sus sueños

Los atrapa con un suspiro al viento

Triste recuerda a su amigo pluma

Y su alma vuela entre brumas

Atesorando por siempre  su pueblo

Atrás queda la noche

Y adelante camina con su padre

Su padre el inmigrante,

Su padre; amigo eterno.

Tras los pasos del niño Gervasi

Quedaron nuestros tatarabuelos

Sembrando sencillez, y humildad,

Nobleza y hospitalidad,

Con las manos, surcando los suelos

Mientras….más allá de las costas.

Sobre brazos paternos

Duerme un chiquillo en el Vapor

Entretejiendo sus sueños,

Amarrándolos con el dolor de partir,

Jurando nunca olvidar su pueblo,

Navegando va hacia la noche que lo espera,

Donde vive el leopardo y

Lo abrigará con su sombra el almendro.

 

VI

Canoabo…el del indio Canoabo

Un pasado precolombino, una historia sin escribir

Huellas sobre las piedras, petroglifos sin traducir

El tiempo que corre como agua entre las grietas

Mimetizan sus cuerpos, esconden sus siluetas

Del imperio que trae, la muerte en sus goletas

La sangre del indio Canoabo, corrió por la cuesta

Esculpiendo su rostro, sobre la naturaleza

“guardián desde su altura” lo homenajeo la poeta

Tú imagen sobre la cuesta, curtida por el sol y la luna

Vigilas nuestro norte desde el sur, con tu semblante guerrero

Eres nuestro pasado indígena, nuestro gentilicio canoabero.

Fueron los primeros pobladores de este pedazo de cielo

Huellas sobre las piedras, mensajes sin descifrar

Historias por contar…..

 

VII

Canoabo el de Viviano Vargas

Un hombre entre fábulas y

cuentos de la madera.

Entre el conuco

y el arte de tallar.

¡Maestro! Gritaron voces escondidas

¡Lo aprendido has de enseñar!

San José bendito, María y el Niño Jesús

Bolívar a caballo, sus sueños y revolución

Aves que brotan del cedro, animales en procesión

Cuentos de madera, letras de carbón

La historia no está  escrita,

Tampoco está escrita la vida

La hacen aquellos hombres

La hacen aquellas mujeres

que recorren las calles

Y los caminos polvorientos

de nuestros  pueblos de tejas.

Se les ve ir y venir

Entre brisas y tolvaneras

Entre la aurora que brilla

y la noche oscura sin velas

Llevando el mensaje de su arte

Enseñando a aprender

Sin tener escuela.

 

VIII

Canoabo  el de Félix Adam

Con su pipa y sus sueños

Vislumbró desde las cumbres

Nuevas corrientes de vida

Resucitando entre los muertos

Sin rezos, ni algarabías

Al viejo y solitario pueblo

Sembrándole en sus jardines

Luz y sabiduría

¡Inventamos o erramos!

Dijo Simón un día

Y este Simón ¡mi hermano!

Fue el mismito que educó

Al gran Simón Bolívar

¡Padre de la patria mía!

 

IX

Hoy en Canoabo, igual que ayer

En noches de luna llena

Se escuchan voces lejanas

Llenas de mitos y leyendas

También se escuchan quimeras

Susurros que trae el viento

Y sus paredes de tierra

Guardan escritos sus cuentos

Se oyen de mañanita

A la hora del silencio

Antes de que cante el gallo

Y la aurora aflore destellos

Estos son momentos mágicos

Son imágenes de ayer

Que nos saludan alegres,

Desde el umbral celestial

Celebrando con nosotros

¡Mi amigo! …el Tricentenario

De nuestro Rincón Cordial…

Y El eco de sus voces

Retumbos de ayer, escondidos

Salen a corretear con el viento

¡Aquí estamos! ….Se les oye gritar

¡Nunca nos hemos ido!

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